¿EN QUÉ VAMOS?
Coche, autobús, tren, avión, crucero… Vamos a ordenar de
mayor a menor lo que contamina cada uno por persona y voy a darte algunos datos
que servirán para que te hagas una idea y decidas si quieres viajar de ese modo
o cambiar tus planes.
Según la Agencia de Medio Ambiente, el medio de transporte
que produce menos gramos de CO2 (dióxido de carbono) por pasajero y kilómetro
es el TREN. Apenas 14 gramos, una cifra que lo coloca como el medio de
transporte público menos contaminante si tenemos que elegir uno.
El siguiente es el AUTOBÚS, donde ya vemos un salto
de contaminación importante con los 68 gramos por pasajero y kilómetro. Aunque
siempre es mejor que viajar en coche (104 gramos) o moto (72).
Como es de esperar, el AVIÓN contamina mucho más y
aumenta hasta los 285 gramos de contaminación. Volar en avión es cómodo (aunque
cada vez menos), rápido y a veces es la única manera de conocer algunos
lugares, pero es poco ecológico.
Pero hay un medio de transporte que resulta especialmente
contaminante y agresivo para el medio ambiente, éste es el CRUCERO.
Según Organización Mundial del Turismo y el Programa de las Naciones Unidas,
emiten 1.000 veces más de CO2 que el viajar en tren. Pero, además, pueden
producir hasta 210.000 litros de aguas residuales a la semana en un crucero de
3.000 personas. Sin duda, unas cifras preocupantes.
El mar siempre ha tenido enorme atractivo para la humanidad. Hace más de 100 años, en 1891, el primer crucero del mundo comenzó en Cuxhaven. El propósito original de los buques era cambiar la ubicación de los pasajeros y la carga lo más rápidamente posible. La idea del crucero nació porque los barcos no utilizaban la ruta comercial habitual entre Hamburgo y Nueva York durante los meses de invierno debido a las tormentas en el mar,así surgió la idea de dejar que el barco navegara en aguas más cálidas y con el tiempo, surgieron los cruceros temáticos y de eventos que van desde los cruceros de lujo hasta las embarcaciones de recreo para toda la familia. La demanda cada vez mayor de trato individual a los clientes ha dado lugar a un espectro cada vez mayor de ofertas y competidores y, por tanto, de buques cada vez más grandes.
Es importante aclarar que la industria de cruceros está
buscando reducir el grado de contaminación, aunque la mayoría de los barcos aún
usan combustible pesado, el más tóxico. Sin embargo, algunas compañías navieras
ya confían en sistemas de propulsión más limpios como el GLP, diésel marino e
incluso sistemas eléctricos híbridos.
CONSECUENCIAS
AL MEDIO AMBIENTE
Aire pesado: Los cruceros, a menudo, anclan
directamente en la ciudad. Son una carga para los residentes. La fuente de
energía del barco en el puerto es, por lo general, el diésel marino. Aunque es
más limpio que el petróleo pesado, es muchas veces más contaminante que el
diésel del automóvil. La calidad del aire se deteriora inmensamente.
Tratamiento masivo: Las masas de vacacionistas
no solo llenan la cubierta, las ciudades también sufren la creciente multitud
de turistas de cruceros. Especialmente en ciudades como Venecia (Italia),
Dubrovnik (Croacia) o Cartagena (Colombia), los módulos obstruyen puertos y los
pasajeros asedian en masa los lugares, sin consumir mucho en esas ciudades que
solo son usadas como escenario. Así que las protestas crecen.
Ruido del barco: El ruido causado por los motores y las hélices de un buque y por los pasajeros
a bordo puede provocar una pérdida temporal de audición en los peces. Sin
embargo, también puede llevar a una reducción permanente de la sensibilidad
auditiva y del estrés a la vida marina. Las ballenas, en particular, sufren daños
auditivos debido a los sonidos de los barcos, ya que esto limita la comunicación
con otras ballenas y la eco-localización de las presas. Esto puede erradicar la población de ballenas
LOS CRUCEROS A MENUDO SE ASOCIAN CON EL LUJO Y EL RELAX,PERO EN REALIDAD REPRESENTAN UN DAÑO SIGNIFICATIVO AL MEDIO AMBIENTE, A LA SALUD DE LOS PASAJEROS Y A LAS CIUDADES PORTUARIAS
¿SABÍAS QUE UN CRUCERO CONTAMINA COMO UN MILLÓN DE COCHES?
Hoy en día parecen haberse convertido en uno de los estilos
de viaje más codiciados, justamente no ahora debido a la pandemia mundial que está atravesando el mundo,
pero meses antes era el tipo de viaje más elegido por los turistas principalmente
debido a su costo, ya que se ha vuelto más y más accesible a la mayoría. Estas
ciudades flotantes gigantes, con miles de cabinas, piscinas, casinos,
discotecas y restaurantes, llegan a contaminar el equivalente a 1.000.000 de vehículos.
Además, los residuos procedentes de los buques de los
cruceros, afectan negativamente a la capacidad de recuperación de los ecosistemas
marinos, destruyendo así los arrecifes de coral. Las
rutas de los barcos navegan por lugares que se caracterizan por
factores naturales especiales. Al fondear en esas zonas, la cadena,el ancla y los residuos tóxicos que allí caen destruyen el lecho marino y, por lo tanto, el arrecife, que es el hábitat de
muchas especies animales y vegetales .Esto representa un gran
peligro para el mundo submarino
El informe estima que un crucero de 3.000 personas genera
210.000 litros de aguas residuales por semana, suficiente para llenar 10
piscinas, y 1 millón de galones de aguas grises, u otros 40 estanques llenos de
residuos; es decir, un crucero es el total de 50 piscinas llenas de residuos
muy contaminadas que pueden ser descargados en nuestros océanos cada semana.
Los cruceros son también responsables de la contaminación
atmosférica significativa provocada por la quema de combustible. Las emisiones
de los motores de los barcos incluyen óxido de nitrógeno, óxido de azufre,
dióxido de carbono y material en partículas.
¿QUÉ EXPULSAN?
Aguas grises: Agua procedente de las duchas,
lavabos, piscinas, lavadoras, etc. Contienen fosfatos y otros nutrientes de los
detergentes y jabones, cloro o flúor de los dentífricos y piscinas, bacterias
patógenas, así como cualquier otra sustancia potencialmente dañina utilizada
para la higiene personal. También dentro de las aguas grises se encuentran
aquellas procedentes de las instalaciones sanitarias del buque.
Aguas negras: De los cuartos de baños Aguas
fecales, bacterias, patógenos, restos orgánicos, papel, y cualquier otro
producto tirado a los retretes.
Sentina: De los motores y turbinas para la
propulsión y para abastecer de energía a todos los servicios de los buques
Aceites usados, hidrocarburos varios, etc.
Tóxicos: De los procesos fotográficos, de las
tintorerías, pinturas, productos farmacéuticos, tintas, material electrónico,
etc. Pueden contener sustancias tan tóxicas como el TBT (Tributil estaño como
aditivo de las pinturas antiincrustantes), PCE (percloroetileno del lavado en
seco), fluorescentes, pilas, baterías, tolueno, xileno, benceno y
organoclorados de disolventes, etc.
Basuras: De la comida y del consumo diario de
productos de todo tipo. Plásticos con hidrocarburos o compuestos clorados,
residuos sólidos, restos orgánicos, etc.
El director ejecutivo de Hurtigruten, Daniel Skjeldam,
replica que la forma más sencilla de reducir la huella ambiental de los
cruceros es poner fin a la “megalomanía” de barcos cada vez más grandes. “La
industria necesita concentrarse más en lograr que las emisiones totales de una
unidad de crucero bajen a un nivel sostenible”, dice. Y a medida que más
consumidores, e incluso inversionistas, comiencen a exigir embarcaciones más
ecológicas, “las empresas que no toman en serio la sostenibilidad, que no
cambian y no invierten en tecnología, habrán desaparecido en una década”.
La imagen de los cruceros: brillantes, limpios y respetuosos
del medio ambiente, están muy lejos de la realidad. Aquellos que deciden pasar
sus vacaciones en un crucero, están ayudando a dañar la propia naturaleza,
junto a comprometerse a saborear y respirar hasta 19 veces el polvo fino de una
calle concurrida.
Hay tecnologías que pueden reducir las emisiones de los
barcos, pero no se utilizan, porque obviamente quieren lograr una mayor
ganancia,sin embargo es la única solución al problema dado que los cruceros en el sector turístico son un producto con un alto
potencial de crecimiento y que para poder llevar a cabo todas estas medidas respetuosas con el medio
ambiente y seguir obteniendo beneficios, deben
aumentar inevitablemente los precios de los cruceros.
Una tasa
portuaria ecológica adicional también motivaría a muchos buques a ser más
respetuosos con el medio ambiente.Debemos tener en cuenta que un desarrollo respetuosos con el medio ambiente no es posible lograrlo en un corto periodo de tiempo pero también tenemos que saber que el medio ambiente no nos espera y esta en un momento critico. Muchas compañías navieras se centran más en una imagen sostenible ante el
público que en invertir el dinero en medidas medioambientales.
Deberían elaborarse normas y directrices más estrictas. Esto no sería necesario
si la industria de los cruceros se concentrara en educar más a sus clientes sobre la
sostenibilidad esto implica el sensibilizar a los mismos sobre los viajes ecológicos
y que éstos estuvieran dispuestos a pagar un precio más alto por garantizar la protección
del medio ambiente.
Los gobiernos también podrían promover un
comportamiento especialmente respetuoso con el medio ambiente, por
ejemplo, recompensando a los cruceros más respetuosos con el medio
ambiente.
Lo único que tenemos 100% claro es que tanto los destinos turísticos como los cruceros
dependen de un medio ambiente intacto y no son económicamente
viables sin ellos. Se debe tomar el turismo como una mejora a la conservación y protección de los ecosistemas de la tierra e implantar estrategias para la conservación de los recursos y la reducción de la contaminación que garanticen una mejor compatibilidad medioambiental del turismo y de las actividades relacionadas con el mismo a todos los niveles.
El TURISMO SOSTENIBLE también consiste en ser protagonistas y tomar decisiones dado que es un tema que nos afecta a todos y entre todos podemos ayudar a construir una CULTURA TURÍSTICA RESPONSABLE.
¿Ciudades flotantes cargadas de ilusiones… o de problemas? ¿vos que opinas?






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